viernes, julio 31, 2009

Un invierno atípico

Las manos heladas sin necesidad
los tabacos que apilados y consumidos
duermen un sueño eterno
en un cenicero con forma de corazón

las caminatas por la playa
intentando olvidarla sin poder
la puta confesión de las 3 de la mañana
que dice: ya se que se fue el tren.

El fuego que ya no está en la chimenea
el juego de dos pares de piernas abrazadas en el sillón
las fotos que sólo quedan.
Los recuerdos de cosas que no pasarán.

El sinsentido de todas las horas,
la falta de preocupación por todo
El puto día a día insoportable
Resumiendo, el invierno más frío que imaginé

1 comentario:

Coriano dijo...

asi me gusta sapo. Incursionando en la poesía. me gustó. Abrazo