martes, marzo 31, 2009

Una suerte de resumen

Antes que nada, y a modo de huir de las críticas... si, estoy bastante borracho esta noche.
Los tiempos de estar demasiado sobrio ya se han ido, y lo que queda es lo que hay. Quizás poco ya lo se, pero es lo que queda.
Y bueno, entre trago y trago de un vino de dudosa reputación, luego de una larga y preciosa caminata por la playa vengo a caer en este blog (el mío propio) y con el concierto en Albacete de Sabina de fondo me di cuenta de que tan poco fructífero y que tantos post hubieron en este mes. Que tantas idas y vueltas para quedarse solo con vueltas ha terminado. Debo demasiadas explicaciones, tengo una cantidad de canciones nuevas sin grabar. Botellas por la mitad en el mejor de los casos. Buenas noticias en el menor. Y enterarme de aquello que la primavera duraba un segundo, si, de nuevo, y de pensar en cuantos errores y cosas mal dichas he tenido en este mes.
Empezando por un post borrado luego de que la embriaguez volviera a tomarme y cayera en la cuenta de lo estúpido y egoísta que había sido en aquel entonces... pero bueno, en 31 días pudieron pasar muchas cosas. Creo que pasaron todas y al final quizás y hasta fuere para bien, sólo el tiempo lo dirá.
Para quien esté pensando en un borracho a punto de apretar el gatillo... a no alarmarse, que aún no he comprado el arma, que aún me quedan cosas por decir. Que aún me queda llanto por dejar.
y bueno, quizás lo más sano sea terminar este post por aquí y no seguir divagando y traicionando mis propios discursos... aquello de que esto dejaría de ser un puto diario, un espejo ytransparente de esos que se ven en las películas. Sólo que aquí el acusado soy yo y ustedes quienes están del otro lado. No los veo.
Nada más de momento...
un abrazo grande y un beso a quienes corresponda

Peces de ciudad

Ni falta hace que diga de quien ...


Se peinaba a lo garçon
la viajera que quiso enseñarme a besar
en la gare d’Austerlitz.

Primavera de un amor
amarillo y frugal como el sol
del veranillo de san Martín.

Hay quien dice que fui yo
el primero en olvidar
cuando en un si bemol de Jacques Brel
conocí a mademoiselle Amsterdam.

En la fatua Nueva York
da más sombra que los limoneros
la estatua de la libertad,

pero en desolation row
las sirenas de los petroleros
no dejan reír ni volar

y, en el coro de Babel,
desafina un español.
No hay más ley que la ley del tesoro
en las minas del rey Salomón.

Y desafiando el oleaje
sin timón ni timonel,
por mis sueños va, ligero de equipaje,
sobre un cascarón de nuez,
mi corazón de viaje,
luciendo los tatuajes
de un pasado bucanero,
de un velero al abordaje,
de un no te quiero querer.

Y cómo huir
cuando no quedan
islas para naufragar
al país
donde los sabios se retiran
del agravio de buscar
labios que sacan de quicio,
mentiras que ganan juicios
tan sumarios que envilecen
el cristal de los acuarios
de los peces de ciudad

que mordieron el anzuelo,
que bucean a ras del suelo,
que no merecen nadar.

El Dorado era un champú,
la virtud unos brazos en cruz,
el pecado una página web.

En Comala comprendí
que al lugar donde has sido feliz
no debieras tratar de volver.

Cuando en vuelo regular
pisé el cielo de Madrid
me esperaba una recién casada
que no se acordaba de mí.

Y desafiando el oleaje
sin timón ni timonel,
por mis venas va, ligero de equipaje,
sobre un cascarón de nuez,
mi corazón de viaje,
luciendo los tatuajes
de un pasado bucanero,
de un velero al abordaje,
de un liguero de mujer.

Y cómo huir
cuando no quedan
islas para naufragar
al país
donde los sabios se retiran
del agravio de buscar
labios que sacan de quicio,
mentiras que ganan juicios
tan sumarios que envilecen
el cristal de los acuarios
de los peces de ciudad

que perdieron las agallas
en un banco de morralla,
en una playa sin mar.

domingo, marzo 29, 2009

Ariel Rot - acústico


Vuelvo a resucitar este post...

Me quedo con lo poco que queda....


Esta vez les recomiendo un discazo del ex rodriguez Ariel Rot (Acustico) se supone que estas son tomas de temas acústicos sacados de los ensayos del loco con su banda par auna gira... pero están salados en serio... muy bueno, la otra mitad de los rodriguez. Para quienes (como yo hasta hace poco) creía que solo era un buen guitarrista este disco demuestra que es mucho más que eso. No se, bájenlo gente.
Escúchense cenizas en el aire, la última cena, dulce condena (versión rot, que no tiene nada que envidiar a la original)y balada de madrid... pero en fin, el disco no tiene desperdicio... es de esos que se escuchan completos.

A continuación dejo el enlace al gran blog de gustavoeo... donde hay una gran cantidad de discos

http://gustavoeo.net/2007/11/ariel-rot-acustico-2004.html

The fucking wookies

Bueno, ya saben lo poco adepto del autobombo que soy, pero quizás si no lo aviso aquí, nunca se enteren... The fucking wookies tiene por fin su primer entrada... a quien quiera visitar, el link en enlances de blogs.

Los aviones

Estimados todos, les dejo este video de Calamaro, de un tema salado en serio,
y bueno, un poco dedicado a la señorita Gregoria, y de paso recomendarles pasar por Honestidad Brutal, colgado en la lista de sitios amigos... abrazo para todos



Queda un cigarro mojado.


miércoles, marzo 25, 2009

Aclaraciones al post anterior

Si, ya se lo estúpido que suena escrito... vaya metáfora, pero bue, que si uno no puede siquiera poner sus incoherencias en el propio blog...
jejeje

algunas consideraciones previas al vasito del pseudo licor de ajenjo...

Esta vez solo salí a caminar en plan escuchar las olas mientras el velero marcha en una tranquila deriva, arrastrando los pies entre la arena, con el último aliento de luz del día. Miro el celular, no hay noticias de nada, a veces es mejor así, lo guardo en el bolsillo izquierdo, uno tiene sus manías.
La noche empieza a abrazar la tierra, regatéandole claridad al día, lentamente.
Esquivo la zona empedrada y sigo caminando.
Siempre tomo hacia el oeste, supongo que no de forma consciente, alejándome de las luces de la lejana y pequeña ciudad, echo la vista atrás, eso es lo que más cuesta, saber que hay cosas que no vuelven. ¿Y porque debiera de acostumbrarme? Una vez me dijeron que siempre estaba eludiendo la realidad, y si, era cierto. Porque tendría que aceptarla si es una mierda. Ella me respondió con una mirada de desaprobación, uno de esos puntos de inflexión, supongo.
No se por cuanto seguí viaje, fumando tabaco, moviéndome despacio, tranquilo, como dejándome arrastrar por el suave viento, escuchando el susurro diciendo cosas al oído que ya no escucharé más, con la certeza de dejar lejos todo lo que podría haber querido en mi vida. ¿Una especie de borrón y cuenta nueva? Eso es imposible para mi, aunque obviamente no es un privilegio exclusivo, cada vez somos menos los que pensamos en eso. El resto prefiere seguir adelante, es más sano, es más inteligente, es mejor, sin duda, pero no puedo, sencillamente.
En eso me asalta la estúpida revelación de que la vida no es más que una colección de cosas que no pudieron ser, de los besos que ahora son ajenos, de los abrazos incondicionales que ya no lo son tanto. Todos los cafés con charlas interminables que ya no se tomarán.
Tengo un recordatorio en el celular que dice que no me olvide de olvidarte.
Me detengo un rato, miro alrededor, la noche es completa, ni la luna salió.
Quizás parezca un tanto infantil, pero la luna siempre me hace sentir más tranquilo, y me pongo a cantar bien bajito, mirá la luna, que yo la voy a mirar...
Me tiro en la arena, armo otro tabaco, respiro el aire salado.
Las estrellas brillan en lo alto, me recuesto en la arena y quedo como hipnotizado observándolas.
Visto así me hace sentir más atrapado que nunca en todo esto, en la vida diaria, en el tener que trabajar, en las cosas que perdí, en el puto planeta tierra, en la estupidez de la rutina.
Así me quedo un rato, viendo las luces en lo alto, imaginando como sería estar allí, descubrir lo que se esconde detrás del telón estrellado.
Busco alguna constelación conocida, encuentro a Orión. Se que me dirías cualquier imbécil puede hacerlo. Acto seguido la cruz del sur, y me doy cuenta de lo fácil que es hacer cruces con las estrellas, deben de haber cientos de cruces del sur, todas apuntando en distintas direcciones.
Suena el aparatejo del demonio, un amigo se acuerda de mi, eso siempre es importante.
Lo que ocurre después lo guardo para adentro, es demasiado estúpido como para hacerlo público, rato después desando el camino, con la certeza de que no aprendí nada, que las cosas siguen estando igual de desorientadas que antes,
sigo buscando una cruz del sur.