domingo, enero 03, 2010

La hora azul (luna de enero)

Por si acaso lo aclaro... la hora azul trata del rato previo a la salida plena del sol, cuando empieza a aclarar... bautizada por el Dan en nuestras salidas con Mario (la perra de la cordillera, actual Santiago de Chile) rumbo a las playas de Costa de Oro, cuando apenas andábamos cerca de los 18. El ritual indicaba que arrancábamos de noche, onda 10 u 11 y dormíamos en la playa (dormíamos es un decir). La cuestión incluía fogata, vino y cerveza, tableta de chocolate y amigos. La única amiga que se arriesgó en aquellos viajes había sido Fiorella. Ocasionalmente Ana fue también. Pero los tres que sufríamos los vientos de la costa, la intemperie, etc. éramos dan, Mario y yo. La cuestión es que este tercer día del año me encontró nuevamente despierto a las 5 y algo... (necesito explicarme más?) y bueno, a diferencia de muchas otras veces, opté por volver a ver la hora azul. Hacía pila que no estaba en ese momento mágico. Antes del amanecer, con la luna de testigo (en mi cabeza sonaba "mirá la luna" con la voz de Ana) y nada, me senté en las rocas en las que íbamos a jugar con Juli y saqué el libro que llevo a todas partes. Uno de Neruda. "Navegaciones y regresos". Resulta que el dicho libro tiene dentro algunas fotos, que desde hacía un tiempo venía evitando deliberadamente, pero bueno, pasa que me di cuenta de que yo no me quiero olvidar de nada de lo que pasé... odiaría levantarme una mañana y no recordar las cosas simples, los juegos, las frases que las srtas. decían, como me trataban cariñosamente. Odiaría que eso pasara. El problema es que el tiempo hace eso, y yo me defiendo como puedo. No quiero olvidar las veces que he sido feliz, las sonrisas, las bromas, los chistes. Bueno, dirán que esto ya es demasiado luego de un tan prolongado silencio, volver así? no era mejor el silencio? pues señores y srtas. no lo se, nadie está obligado a soportar esto. Yo siento la necesidad de escribirlo. Mientras miraba el amanecer imaginaba cuantas personas estarían viendo ese resplandor naranja al mismo tiempo que yo, cuanto nos unía en ese momento y que desconocidos somos a la vez... en la cabeza, el tema de Estelares. Donde estarás mi amor, quien agiganta el sol, si todo cae sobre mi por hoy, donde estarás mi amor...
Lo primero que se me ocurrió fue escribirle a Ana. De seguro estaba durmiendo... me llamó más tarde. Luego llamé al Dan, a joderlo en sus vacaciones de Valizas. Por último a Gregoria... Todo el mundo dormía... Diego, estoy entrando en tu horario... cuestiones de latitudes mentales?
En fin, demasiado para las 7 de la mañana. Abrazo grande. Por suerte la cuestión se está terminando y la hora de dormir hasta las mil quinientas se acerca cada vez más. De momento un café humeante está al pie del notebook. Pienso en armarme un tabaco.

¿donde estarás mi amor?

3 comentarios:

shaila dijo...

Tu historia me recuerda a la mia, pero como decorado una playa del sur de Espana,el olor tranquilo del mediterraneo, no muy lejos de la costa de Marruecos, los amigos Ivan, Lindsay, Peter, Tomas....mismo fuego, cerveza y vino, pero sustituimos el chocolate por el pan con jamon serrano....He vivido mis 18 a traves de los tuyos, amigo.
Cuidate
Shaila

CapItanPorretI dijo...

Que momento de gloria.. Sin ningun tipo de responsabilidad mas que disfrutar no?

Un abrazo de 2010!

Gregoria Samsa dijo...

Nunca me llamaste!!! Malo!!! (léase con voz de pendeja berrinchosa de 3 años)