sábado, mayo 31, 2008

Màs que un relato una charla sin pretenciones..

Bueno, en realidad un charla con uno mismo ,de esas que se practican encima de un òmnibus... y resulta que esta es la forma en que suelo pasar las mañanas rumbo a mi trabajo, que a pesar de estar desde marzo aún sigo pensando que es mi nuevo trabajo... y años luz pasaron desde que dejé Montevideo de forma permanente (tampoco me fui tan lejos, pero bue...) y de momento estoy en esa especie de estado de trànsito en que uno anda cuando se va de casa de los viejos por vez primera y trabaja lejos de todo lo que conoció como hogar y se vuelve necesario mudarse... en fin, dejarè eso para otro día... Lo que pasa es que estos viajes al laburo son raros, porque es algo asi como un cafecito, un momento para estar a solas consigo mismo, ver por la ventana y es que a las 8 am. y rumbo a Piriàpolis el omnibus apenas está poblado por no más de 15 personas y uno elije la ventana, previo saludo al guarda y al chofer... ese si que es un detalle pintoresco, uno llega a conocerlos... y te saludan, cosa desconocida para mi en el transporte público.
el viernes (hoy es sábado y ya estoy en Mvdeo. en visita a mis viejos y amigos) me subí como todos los días, escogí la ventana del lado que en unos quilometros estaría el mar y me senté a pensar y charlar conmigo... He de aclarar que por lo general me aburro mucho cuando estoy conmigo a solas y en esos momentos me echo a dormir mecido por el vaiven del bus, esa mañana no se me antojaba el sueño... y el paisaje transcurría a unos 80 km por hora. Llegando al segundo peaje un hombre de unos cuarenta y pico, de campera abrigada de la que debajo sobresalía el final de una túnica blanca y un portafolio de cuero marrón muy gastado se adelanta y se acerca a la puerta para avisar de que se bajaba... como estaba cerca oí toda la charla entre chofer, guarda y este tipo... Resulta que el loco era un maestro que trabajaba en Gregorio Aznares (pueblo cuya ubicación ignoro y que solo puedo localizar entre Parque del Plata y Piriápolis y a unos 5 km. de la ruta) y que todos los días debía recorrer esos 5 km. que le separaba del pueblo y que con mucha suerte alguien lo levantaba y lo acercaba un poco más. cuando el chofer respondió diciendo algo así como pah... ta salado, el maestro contestó : " y bueno, estoy cumpliendo con el país" y con un que pasen bien se bajó del bus... Siguiendo viaje el chofer le contó un poco al guarda que parece que este maestro vive en Pque, del Plata y entre semana se quedaba a dormir en la escuelita de Aznares pero que luego de unos 3 robos totales de su casa, puesto que los malhechores sabían que este tipo dormía en la escuela en que trabajaba decidió hacer estos viajes diarios... La verdad es que en ese momento y aún ahora me quedé como medio mal. No se como explicarlo, el ómnibus seguía su viaje y yo pensando en el pobre loco en como se despidió en cual era su explicación de la labor que cumplía (con la que no puedo más que demostrar mi admiración) y vaya uno a saber que tantas cosas más habrían pasado a este loco... y resumiendo, era algo que les tenía que contar, no se porque, pero debía hacerlo... Y no crean que estoy intentando escribir una moraleja ni una explicación del tipo de "porque a la gente buena le pasa cosas malas"... no es así, y para despejar toda duda, aclaro mi falta de creencia en toda esa mentira del ser omnipotente que controla todo y cuyo designio hay que aceptar con resignación... a mi todo eso me suena a cuento para mantener a raya a las personas... es una cagada y si de veras hay un dios entre medio de esto, les puedo asegurar que el solo está sentado junto a todas las deidades de otros pueblos con un vasito de vino tinto y jugando a las cartas, apostando las vidas de sus creyentes... y si esta teoría les molesta, poco me interesa


Un abrazo para todos y bueno, no me queda más que darle las gracias, o mi más sentido pésame a todo el que por unos minutos pasa por este blog y le dedica un poquito de su tiempo.

No hay comentarios.: