miércoles, noviembre 17, 2021

la vecina solo lava ropa cuando llueve

 

La vecina solo lava la ropa cuando llueve, y la cuelga mientras cae la llovizna. Yo creo que no es normal, pero me pasa lo mismo con la madre de mis niños y con varias ex. No, no que laven la ropa cuando llueve, más bien lo otro, que no están bien de la cabeza.

Estoy sentado en un Burger King con mi niño, comiendo hamburguesas con papas fritas (¿que más sino?). En la calle, en la vereda de enfrente un flaco con pinta de haberse esnifado e inyectado toda la droga del mundo está sentado pidiendo monedas, con la vista perdida y vidriosa enfocada al medio de la avenida, o a la nada misma.

Con Joaco charlamos un rato mientras un poco de ketchup se desliza por la comisura de su boca. Está contento, estoy contento, estamos bien.

Se acerca una empleada del Burger, yo estaba ojeando la Orsai recién comprada de segunda mano justo en la página de una ilustración de tetas, cambio de página.

Nos pregunta como estuvo todo, muy rico respondemos. La señorita nos da charla, como si le pagaran para ello (y si, parece que es para eso que le están pagando), de todos modos es muy simpática, nos sigue charlando y me pregunta si quiero echar un polvo en la parte de atrás de la cocina, entre cajas de hamburguesas, le respondo que claro que si y cuando voy a pararme caigo en la cuenta que no dijo eso, que en realidad preguntó si quería llenar una encuesta por celular.

Error el mío, ya le había dicho que si, siempre tuve problemas para decir no a las señoritas lindas y simpáticas.

Me instruye sobre como entrar a la aplicación, empieza la encuesta, ella me guía como si fuera yo más tarado de lo que en realidad soy, se arrima un poco, yo me dejo. Casi estamos pegados.

Demoro un poquito cada vez que respondo la pregunta, las leo como si de veras me importara, ella me ayuda. Se arrima un poco más, yo sigo pensando en ese polvo. Ella decía que si prefería las hamburguesas o las papas. Al ratito me dice: Terminamos, me reí. Yo todavía no, casi le respondo.

Nos agradece mucho, la despedimos. Vuelvo un rato más a mi revista, mi niño termina de comerse los hielos del refresco.

Miro hacia la vereda de enfrente y allí está el flaco hecho pelota, ahora tiene un cigarro en la boca. ¿Cómo carajos hizo para llevarse un cigarro a la boca? Omití contarles que el tipo no tiene brazos, nada, desde los hombros no sale ninguna extremidad. El cigarro está apagado, me imagino que cae un rayo del cielo y se lo enciende. Pero no, lo escupe apagado. Obvio, no podía prenderlo.

Pobre flaco, no puede prenderse un cigarro, acto seguido pienso, ni hacerse la paja.