Digamos que esto no debiera de entrar ni siquiera en la categoría de cuentos... pero bueno, no tenemos una sobre desvarío ocasional... aunque debiera de haberla
No alcanzo a escuchar lo que cantas mientras guardas tus cosas
Todas las canciones tristes suenan iguales... un poco a amor, un poco a soledad mal llevada, otro poco a silencio en el momento menos apropiado.
- Solo eso tenés para decirme? Dijo ella como envolviendo mis últimas palabras en una tormenta.
Hay veces en que las mejores palabras son esas que no se dicen, son las que ya sabemos los dos.
Algo así como terminar al mismo tiempo, se te nota en los ojos, en esa forma de recostarte, tranquila, sin tensión, jugando con lo que queda de ambos, con una especie de ternura mezclada con el final de lujuria que queda en el tarro.
Una canción da paso a la siguiente y así hasta que termina el disco. Suena un poco a una puta metáfora sobre la vida...
El vodka se mezcla de a poco con el limón. Puede que sea cierto que estoy dependiendo un poco de los incentivos para escribir. Tampoco es nada preocupante.
Nada mejor que una ligera adicción para combatir la rutina.
La brisa entraba suave por la ventana, el sol brillaba en lo alto. No alcanzo a escuchar lo que cantas mientras guardas tus cosas. En susurros parecidos al viento.
Nunca la distancia separa a uno de las cosas que realmente quiere, solo hace que las valore y extrañe cada vez más en dosis iguales.
Tampoco la noche es lo mismo, y de a poco las canciones adquieren nuevos significados.
No es la música la que cambia, es uno.
Más filosofía barata, pero prefiero andar descalzo.
Y que más da tener que levantarse temprano mañana?
¿Que importa un poco de sacrificio burgués cuando al final del día la madrugada es tranquila, uno puede escribir a la luz de la vela, contando las penas o inventándolas, oyendo un disco al mango, tomando vodka y fumando tabaco mientras el mar canta a lo lejos?
Sabés que uno no es lo que hace, es lo que hace y lo que dice y si pudiera saberse, lo que piensa. En el mejor de los casos todo eso junto.
No importa demasiado tampoco.
Pasó medio año, media vida, o sólo dos horas de la última vez que estuvimos?
A veces creo que la mejor despedida es hasta luego y no andar con rodeos. Hay personas a las que uno jamás va a olvidar, me gustaría que pensaras lo mismo. Y si, quizás sea demasiado pedir luego de tantos problemas ocasionados y de seguro que el olvido suena un poco mejor que este recuerdo permanente. Lo que sea para que seas feliz.
La luz se filtra de a poco por la ventana, en rendijas que parecen hechas por navajas.
Que bien vendría una sobredosis, hacer el último viaje, el que más curiosidad me causa.
Mi deseo de navidad es lo que vos quieras, lo que a vos te haga mejor.
Sea el olvido, o un tren sobre mis huesos. Supongo que podríamos llamarlo amor, aunque solo sea esa forma extraña de amor a la que te tengo acostumbrada.
Todavía suenan tus palabras en mi cabeza.
- Estás exactamente igual que la última vez que nos besamos, soy yo la que cambió.
Y tengo que confesarte que aún no se que quisiste decir con eso. Pero ya me pasó otras veces, veces en las que el tiempo me hizo entender tus palabras.
De seguro que las más acertadas habrán sido esas de que ya no tengo arreglo... palabras que me encargo de confirmar a cada minuto que pasa.
- Al final parece que solo tengo eso para decirte. Contesto con el desdén de quien sabe que todo está decidido de antemano.
Uno siempre sabe cuando el juego se termina. Cuando llega la última canción, el último tango en alguna ruinosa y sucia ciudad.
Suenan las sirenas, empieza el bombardeo. Lo más difícil es la mañana siguiente. Esa suerte de calma que solo es la ausencia de las bombas cayendo, de los gritos de los heridos, el aroma agridulce de los cuerpos en descomposición. Algo así como la asquerosa sensación de los dientes sucios. Me encontré despierto viendo el techo, tanteando con la lengua si aún tenía todos los dientes. Ya ni recuerdo que mierda se supone significaba soñar con que se caen los dientes. Si a ese sueño agregamos una mujer hermosa practicando sexo oral, miro el techo, la miro a ella, escenas indescriptibles, de pronto sonríe, le faltan todos los dientes. Despierto, el significado de soñar que se caen los dientes elevado a la décima potencia. Todavía sigo excitado y asqueado por partes iguales.
Tomo otro trago, el vodka está viejo, no noto la diferencia, preparo otro vaso.
Mi reino por un poco de tabaco. Mi reino es una mierda y de seguro que ni eso vale, pero es lo único que puedo ofrecer. Nada es gratis. Te regalo una sonrisa, o la mueca que puedo llamar como tal. Espero que te guste.
Ya ni las mayúsculas tengo que poner al comenzar la oración. Me cago en las cosas automáticas, prefiero el vinilo, tener que levantarse a dar vuelta el disco, la luz de la vela. Eso me convierte en romántico o en idiota? También puede que en ambas cosas. La primera jamás la admitiría.
- Sabés que no soy bueno para decir adiós y que espero que entre nosotros siempre sea hasta luego, aunque hasta luego sean 3 días, 3 meses o 3 años. Cuando nos veamos de nuevo seguro que reconocés al mismo idiota al que alguna vez quisiste.
Me asusta no reconocerte.
Pero bueno, estoy dispuesto a perderte si eso te hace bien. Recién cuando te pierda de esa forma caeré en la cuenta de que todo fue un puto proceso de desintegración y que los días de escape, de ver tele, de polvos con amor fueron simplemente las ruinas de lo que hubo.
- Es que solo pensás eso? Repite a través del espacio que nos separa.
Creo que sería más fácil volver el tiempo atrás que seguir así. Lo que quisiera es ver que pasa más adelante.
Tengo una maldita manía con los libros que empiezo a leer. Ojeo lo que dice la última hoja al principio, como si al final aquellas palabras adquirieran otro significado al terminar de leer. El problema es que olvido esas palabras cuando el libro se cierra y sólo queda como una extraña anécdota. De esas que fácilmente podría evitar decirte.
Es como esas frases que segundos después de dichas uno advierte, que estúpido que soy, aunque ya es tarde para retractarse. La frase fue estúpida y vos ya advertiste mi condición de tal, solo me quedan las excusas de lugar y de momento.
¿qué mas da perderse si al final uno supiera que va a encontrar algo?
Es lo que desde hace unos diez años me viene pasando. Y cada tanto encuentro ese momento perfecto en que uno se da cuenta de que así podría pasarse la vida. Como la sopa debajo de las mantas, hacer el amor en invierno. Las reconciliaciones en la cama.
Ahora se que te voy a extrañar en serio.
4 comentarios:
La posibilidad de que al menos un posteo de blog logre que me sienta identificado, aun parcialmente, se convierte en un hecho con éste. Y con tus publicaciones esto me sucede a menudo, por lo que reafirmo lo dicho, al menos en el caso de tu blog.
Por supuesto que está muy bien escrito, pero eso no te importa ni me importaría a mí en tu lugar.
Ánimo, amigo, y un abrazo grande.
Diego
Gordo, apronta la cola que en febrero estoy ahi para romperla.
Con cariño desde Chile
Mario.
Si te conozco algo, arriesgo a decir que, dentro de ese camino extraviado del que escribes, lo que buscas es volver a encontrarla a ella como era antes, cuando recíen se conocían, en ese momento en el cual era imposible siquiera pensar en un final.
Un saludo sapo, y que vaya bien
ojala lo hubieramos fabricado menos complicado el viejo y yo, pero bueno, no se puede programar el futuro de los descendientes....todavia. como dice un amigo mio al que quiero mucho: "que difícil todo". daría mi reino por volver atras. la cagada que no se a que momento precisamente. ¿tal vez a cuando créamos que cuando fueramos grandes ibamos a ser muy felices?
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